viernes, 8 de julio de 2011

En Ti

Hoy es uno de esos días en los cuales pienso en que es lo que me falta, lo que me sobra. Pensé bien en eso y concluí, en que no hay nada que me falta, quizás alla cosas que no tenga y me pueden faltar pero no siento necesidad de tenerlas, siento que todo lo que tengo es lo que necesito. Ese vació que se sentía tan penetrante ya no lo siento, el cual parece imborrable que parece que su marca va a ser resistente al agua. En ese instante, en ese preciso y justo instante llega alguien que te da esa bocanada de aire fresco, que te invita a una felicidad, a una paz que sobrepasa todo entendimiento, toda razón, todo.
Y en ese momento te das cuenta que la vida es más de lo que pensaste que era, que la vida es un regalo de Dios, que cada briza, cada sensación, cada dolor valen más que la pena. Pero después de todo ese éxtasis de emociones antes exploradas pero ahora comprendidas, te das cuenta que esa marca impenetrable, interminable, resistible a todo, se fue. Casi por arte de magia se a borrado, y tu espalda ya no duele, y tu vida se ve mas clara. Ese alguien borro todo día a día, momento a momento, su amor a hecho que esa marca se fuera como si fuera agua y todo quedo tan claro, tan lucido, tan iluminado que aquello interminable no estuvo jamas.

A ese alguien le doy las gracias por entrar en mi vida en ese momento justo (porque mas justo, imposible).
Para el que se pregunte quien es ese alguien, mira las montañas, los mares, el cielo, los pájaros, quien los hizo? Esa es la respuesta. 


"Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:7

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